sábado, 9 de junio de 2012

LA ALFOMBRA ROJA II

Brenda Desatinos me escribió, en relación con la entrada que publiqué el pasado miércoles -LA ALFOMBRA ROJA I-, el siguiente correo electrónico:

Aquel estúpido fotógrafo me abrió los ojos, Afrodita. Supongo que, por primera vez en mi vida, fui consciente de mi soltería, nunca antes me había sentido tan sola como en aquellos instantes. La realidad se me reveló con tal crudeza que estuve a punto de abandonar la fiesta. Me pregunté -llámame melodramática- qué de raro había en mí para merecer aquella exclusión. Se habla mucho sobre la igualdad de género, se habla mucho sobre la autonomía e independencia de la mujer, sobre su derecho a vivirla como le plazca, pero lo cierto es que la sociedad actual aún permanece anclada en la prehistoria de las ideas. Al hombre de treinta años -o de cuarenta, o de cincuenta- que vive solo le llamamos "soltero de oro", pero a la treintañera sin pareja le dedicamos expresiones tales como "se le pasó el arroz" o "se quedó para vestir santos". 


La segunda humillación de la noche no se hizo esperar. Me tocó -por suerte o por desgracia, aún no lo tengo del todo claro- cenar en la mesa de los APESTADOS. Entiéndase por "apestados" aquellos que no tienen un enamorado que les cante al oído las maravillas de su persona, esto es, solteros, casados o divorciados. No comprendo por qué esa manía tonta de agrupar a los desparejados en las bodas. Yo hubiera preferido -te lo digo de veras, Afrodita- sentarme junto al resto de mis compañeros de trabajo -casados, por cierto-, pero los novios, al asignar la mesa que ocuparía cada invitado, seguramente pensaron que mi lugar se encontraba entre los infectados, porque ciertamente da la impresión de que los solteros padezcamos de alguna clase de enfermedad contagiosa, virulenta y degenerativa. 

A mi izquierda se sentó Bernardo Granos y a mi derecha las Gemelas Zanahoria, dos grandullonas de cabellos pajizos y curvas voluptuosas. Bernardo Granos -sobra cualquier comentario sobre su aspecto físico- fue el primero en romper el hielo, se presentó de inmediato. Parecía -entre nosotras- recién salido del parvulario. Pobre chaval, le dio por hablar de videojuegos y no calló en toda la noche, daba la sensación de que estuviera impartiendo una clase magistral. Me produjo tal dolor de cabeza y tal aburrimiento que casi me duermo, te lo prometo, Afrodita. Las Gemelas Zanahoria, por su parte, resultaron más divertidas de lo que yo pensaba, estaban realmente obsesionadas con la idea de encontrar pareja, y así me lo contaron, una vez me vi libre -por fin- de la conversación de Bernardo Granos.

Sea como fuere, he de reconocer que la velada fue animándose poco a poco, supongo que el champán facilitó las cosas. La mesa de los APESTADOS se convirtió en una auténtica algarabía: gritos, risas, escándalo, chistes, comentarios ingeniosos y muchos -muchísimos- brindis. Recuerdo, no sin cierto pesar, las miradas que los emparejados nos lanzaban desde sus respectivos asientos, mezcla de envidia -estoy completamente segura- y estupefacción. Nos observaban como si fuéramos bichos raros, como si hubiéramos perdido la compostura, como si el reírse y el pasarlo bien fuera una incorrección.


Los novios abrieron el baile al más puro estilo Sissi Emperatriz. De repente me vi -una vez más- sola. Mis nuevas y simpáticas amigas -las Gemelas Zanahoria- desaparecieron como por arte de magia. Bernardo Granos, güisqui y cigarro en mano, andaba más borracho que una cuba, moviéndose como un diapasón desorientado, tropezándose con los muebles del salón de baile, arrastrando las palabras. Había bebido tanto -doy fe- que apenas podía sostenerse en pie. A pesar de las circunstancias -¿qué otra cosa podía hacer, Afrodita?-, a pesar de lo irremediable de la situación, continué bailando hasta que las luces de la pista se encendieron y el DJ se despidió de todos los invitados con un efusivo "muchas gracias". Las chicas casadas, o ennoviadas, a esas alturas de la noche, se quejaban de los tacones, estaban ansiosas por volver a casa. En cambio, las solteras, y las separadas, y las divorciadas, pedían a gritos que la fiesta continuara.


El autobús estaba abarrotado. Subí con la determinación de sentarme lo más alejada posible del bullicio. En verdad trataba de disimular mi ya de por si estado marginal, así lo califiqué después de constatar que todos los allí presentes se conocían. Avancé por el pasillo a tientas, sonriendo tímidamente a la concurrencia, y fue entonces que vislumbré en la distancia dos cabelleras rojas. Eran las Gemelas Zanahoria. Fui a despedirme de ellas, por eso de quedar bien, pero no lo hice. Andaban en amores con sendos acompañantes, besándose apasionadamente en los asientos traseros del coche. Por fin habían encontrado a alguien que les hiciera las veces de novio, aunque sólo fuera por una noche. Como no quería dar mayores rodeos, me senté en el primer asiento que encontré libre, al lado de Bernardo Granos, dormido y roncando como una trompeta tibetana. 



8 comentarios:

  1. hola guapa!!

    gracias por pasarte por nuestro blog! el bolso está en más colores, en verde, mostaza, creo que naranja y luego colores más básicos. Mira en la web y ya verás!

    besitos

    L.

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  2. Hola Afrodita, qué buena entrada! Y qué tipico que agrupen a los solteros en las bodas...

    Te he contestado en mi blog sobre lo que puedes hacer con lo de CLinique. Espero que te siva de algo ;)
    Bienvenida y muchísima suerte por estos mundos!!

    Un besito!!
    http://bebesymoda.blogspot.com.es/

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  3. Hola muy buenos días y muy feliz semana. Gracias por tu paso por mi blog.
    Decirte que me ha encantado conocer al tuyo, que buena crónica de la celebración. Suele pasar que los novios deciden agrupar, pero a veces lo hacen mal a mi me desemparejaron en una boda....ah........
    que horror jeje.
    Un besazo fuerte.
    http://mary1975.blogs.elle.es/

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    1. Muchas gracias!! Qué fuerte que te desemparejaran!!!

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  4. Amén! El post no puede ajustarse más a la realidad, y es que, aunque queramos ir de modernos, aún nos queda mucho camino por recorrer.

    http://valentinamode.blogspot.com

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  5. Gracias por pasar por mi blog!!!! el relato ha estado estupendo... hay veces que en una bodad es difícil acertar pero bueno creo que hace muchos años que se dejó de pensar que a una mujer se le había pasado el arroz!!!!! ja ja ja

    Te sigo!!!

    Besos

    http://ginger-maquillajealos50.blogspot.com.es/

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  6. Nena menuda historia! De todas formas creo que ese sentimiento de marginalidad no lo creamos nosotras mismas. Es como cuando estás en esos días que te veas horrorosa y ni siquiera con tu look comodin te sientes bien y luego en cambio el resto te ve estupenda.

    http://mysecretshopping.blogspot.com.es/

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